Las cajitas líticas (dimensiones 0,40 x 0,50 m.) situadas cerca de los círculos, se han relacionado con el culto de los muertos, cuya devoción se manifestaba a través de la colocación de periódicas ofrendas votivas deteriorables, de las que no se ha conservado ninguna huella puesto que las cajitas se han encontrado  completamente vacías (fig. 1).

Fig. 1 - El sitio de Li Muri (desde MORAVETTI, ALVITO 2010, pág. 21, fig. 6).

Otras cajitas para ofrendas situadas en diferentes puntos de la necrópolis, siempre en posición exterior a los círculos, dejan suponer que pudieran contener objetos manufacturados utilizados  durante el rito de la sepultura (fig. 2), como atestiguarían los  pocos restos, como hojas de sílex y guijarros con huellas de ocre calcinado, encontrados en su interior.

Fig. 2 - Cajita lítica (foto de Unicity S.p.A.).

Esta hipótesis, además, está sugerida también por la condición de inaccesibilidad en la que debían encontrarse estas mismas cajitas si, como propuesto por Editta Castaldi, la necrópolis originariamente debió estar estructurada como una serie de pequeñas  necrópolis tangentes la una con la otra (fig. 3).

Fig. 3 - Reconstrucción 3D de los círculos funerarios (foto de Unicity S.p.A.).