Arzachena

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Círculos megalíticos de Li Muri

En el territorio de Gallura (excepto pocos casos periféricos), no hay "domus de janas", las típicas sepulturas hipogénicas del Neolítico Reciente (3400-3200 a.C.) y del primero Eneolítico (3200-2850 a.C.): es probable que en esta zona su papel lo desempeñaran los pequeños dólmenes y otras tumbas megalíticas, como los llamados "círculos", con frecuencia reunidos en necrópolis.

Entre los monumentos arqueológicos de Gallura oriental, el sitio de Li Muri, situado en el agro de Arzachena, constituye uno de los ejemplos más interesantes del megalitismo sardo, aparecido con la cultura di San Ciriaco, momento en que se produce un cambio en la sociedad neolítica con el aumento de los intercambios comerciales y, con ellos, de las relaciones sociales (fig. 1).

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Fig. 1 - El sitio (foto di Unicity S.p.A.).

La necrópolis, compuesta por cuatro tumbas en círculo y por una pequeña tumba en galería, llamada allée couverte, fue descubierta en 1939 por el maestro Michele Ruzzittu (fig. 2). 

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Fig. 2 - La excavación arqueológica (desde ANTONA RUJU, CERUTI 1992, pág. 22, fig. 1).

Las sepulturas del tipo en círculo están formadas por una serie de círculos de albañilería, al centro de los cuales hay un pequeño espacio funerario cuadrangular de piedra, llamado cista, cuyas paredes han sido realizadas con cuatro grandes losas clavadas verticalmente en el terreno (fig. 3).

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Fig. 3 - Planimetría (desde ANTONA, LO SCHIAVO, PERRA 2001, pág. 242, fig. 1).

Todas las cistas tenían una losa de cobertura, ahora desaparecida (fig. 4).

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Fig. 4 - Círculo funerario n. 2 (foto de Unicity S.p.A.). 

Una vez cerradas, las cistas se cubrían con un túmulo de tierra hasta formar una especie de colina artificial de diámetro variable entra 5,30 y 8,50 metros (fig. 5).

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Fig. 5 - Renderización delos círculos funerarios (foto de Unicity S.p.A.).

La tumba en cámara, situada en posición periférica con respecto de los círculos, ha sido construida durante el Bronce Medio encima de los restos di una anterior sepultura en túmulo neolítica.

Se trata de una sepultura compuesta por un pasillo rectangular formado por losas clavadas como un cuchillo; las losas de cobertura han desaparecido (fig. 6).

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Fig. 6 - La tumba n. 5 (foto de Unicity S.p.A.).

Los menhires, piedras de valor sacro, debían tener una función de signáculos de las tumbas, colocados en los puntos de tangencia entre los círculos (fig. 7).

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Fig. 7 - Menhir y cajita lítica para ofrendas rituales (foto de Unicity S.p.A.).

Uno de éstos, una estela anicónica, aislada con respecto de los demás, se conserva al interior de una cajita de piedra (fig. 8).

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Fig. 8 - Betilo cerca de la tumba en cámara (foto de Unicity S.p.A.).

Además, hay también tres cajitas de piedra, encontradas cerca de los círculos funerarios, destinadas probablemente a contener las ofrendas relacionadas con el culto de los difuntos. Dentro de cada cista el difunto yacía probablemente en posición encogida.

A causa de la acidez del terreno granítico, se han conservado solo muy pocos restos de esqueletos. Por lo tanto, es muy difícil no solo reconstruir el ritual practicado, sino también establecer el número de individuos enterrados y la etnia humana de pertenencia.

Salvatore Puglisi, que excavó la necrópolis, supuso que la cista lítica debió contener los restos de un solo difunto. La presencia de guijarros con rastros de ocre calcinado ha hecho suponer que sirvieran para preparar un colorante de fuerte valor simbólico.

El ocre estaba asociado a la sangre y tenía un significado de regeneración, tanto que se ponía encima del cuerpo del difunto en vista de su renacimiento en el más allá. Es probable que también en Li Muri se practicara este rito.

Entre los materiales, conservados en parte en el Museo Arqueológico Nacional de Cagliari y en el Museo Arqueológico G. A. Sanna, se encuentran una copa de esteatita, hachas pulidas, bolas de piedra, numerosas cuentas de collar y cuchillos de sílex (figs. 9-10).

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Fig. 9 - Copa carenada con asas en forma de carrete de esteatita (desde LILLIU 1999, fig. 336, pág. 340).
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Fig. 10 - Hacha lítica, bola de piedra y collar de esteatita (desde ANTONA 2013).

La copa, con su perfil rígido y esencial y la forma de su asa, recuerda las cerámicas de Sicilia, de Italia meridional y de Malta. Las bolas de piedra reproducen ejemplares del Neolítico y de la Edad del Bronce de Cnosos.

Se cree que estos restos de Li Muri hayan sido importados, con el comercio, desde Creta, de donde podría haber sido importada también la misma esteatita. A esto se añade que la forma en “aceituna aplastada” de la cuentas de los collares de esteatita y de piedra dura de la necrópolis de Li Muri recuerda la forma de los gránulos de oro de los collares de Mochlos en Creta.

Todas estas coincidencias, no casuales, indican la participación de la cultura de Arzachena en los fenómenos de circulación comercial y cultural presentes en la grande línea directriz Oriente-Occidente del mare Mediterráneo.

Los restos de un pueblo de cabañas, encontrados en la localidad Pilastru, a unos 600 metros en línea directa de Li Muri, podrían pertenecer del poblado pertinente a la necrópolis. El sitio, en la historia de los estudios, ha dado el nombre a una cultura considerada independiente: la "de los círculos megalíticos" o "de Arzachena" (segunda mitad del V milenio a.C.).

Desde el punto de vista arquitectónico y material, el sitio tiene una fuerte comparación con las tumbas llamadas a coffres encontradas en el sur de Córcega, en las que se han encontrado ricos ajuares de objetos manufacturados de obsidiana sarda y de otros objetos líticos, atestiguando el estrecho vínculo existente entre Gallura y la zona meridional de Córcega, separadas por un tramo de mar de tan solo ocho millas.

Bibliografia

  • ANTONA RUIU A., La necropoli di Li Muri, in ANTONA RUIU A., FERRARESE CERUTI M.L., Il nuraghe Albucciu e i monumenti di Arzachena, Guide e itinerari, 19, Sassari 1992, pp. 25-29.
  • ANTONA A., Arzachena. Pietre senza tempo, Sassari 2013, pp. 72-83.
  • CASTALDI E., Arzachena. Loc. Li Muri, in I Sardi. La Sardegna dal Paleolitico all’Età Romana, Milano 1984, pp. 284-285.
  • LILLIU G., La civiltà dei Sardi. Dal Paleolitico all’età dei nuraghi, Torino 1988, pp. 65-72, 193 sgg.
  • LILLIU G., Arte e religione della Sardegna prenuragica, Sassari 1999, p. 80, 83, 85, 137, 139, 143, 340, 415, 420, 421.
  • MORAVETTI A., ALVITO G., Sardegna archeologica vista dal cielo. Dai circoli megalitici alle torri nuragiche, Sassari 2010, pp. 20-21, figg. 5-6.

Créditos

Coordinación científica
dr. Emanuela Atzeni

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