Estas armas estaban caracterizadas por tener una parte de metal para atacar que estaba colocada en un extremo de un asta larga de madera robusta (fig. 1). Se desarrollaron durante la Edad Media en el ámbito de los plebeyos, los cuales se inspiraron en las herramientas agrícolas. El hacha y la bisarma, por ejemplo, se perfeccionaron hasta convertirse en la alabarda, la partesana y la corcesca. Gracias a la gran facilidad que tenían para crear dichas armas, pudieron desarrollar varios tipos de lamas para enastar, con formas y tamaños diferentes (fig. 2). El asta, aunque no fuera muy larga, debía usarse con ambas manos y permitía dar en el blanco del enemigo sin entrar en contacto directo con el mismo. Las armas de las formaciones de infantería, sin armadura ni caballo, afrontaban a los caballeros enemigos estrechando filas y creando una confusión de lamas difícil de superar (fig. 3). La lanza, en particular, también fue usada por los caballeros (fig. 4).

Fig. 1 - Armas de asta (de http://www.medioevoinumbria.it/home/armi-in-asta/).

Fig. 2 - 1 - Frámea (siglo V); 2 - Jabalina normanda; 3 - Spiedo (XV sec.); 4 - Espeto de los mercenarios; 5 - Pica; 6 - Lanza de acero (1890); 7 - Ahlspiess; 8 - Corcesca 9 - Espeto con topes; 10 - Media pica; 11 - Media pica con topes; 12 - Bracamante; 13 - Corquete de guerra; 14 - Corquete de guerra; 15 - Alabarda suiza (siglo XV); 16 - Alabarda (siglo XV); 17 - Alabarda (siglo XVI); 18 - Bracamante de guerra; 19 - Krakuse; 20 - Bisarma; 21 - Tridente; 22 - Tridente doble. (de http://www.heedkeen.altervista.org/HKXJ/biblioteca/Learmi.htm).

Fig. 3 - Alabarda (de Viollet Le Duc, fig. 11, pág. 347).

Fig. 4 - Lanza corta (Viollet Le Duc 2002, fig. 18, pág. 397).