Uso de las termas
Las termas romanas gozaban de fuentes de aguas termales naturales y calientes o, incluso, algunas usaban agua normal de los acueductos que posteriormente calentaban. Su función principal era la de higiene personal, con una función adicional que era la curativa en el caso de las aguas termales. Los romanos no contaban con casas con servicios para la higiene y agua corriente y la limpieza personal la realizaban en los balnearios al terminar su jornada laboral, que a veces eran gratis y otras veces pagaban un modesto precio político. Ese era su momento de relajación, donde se reunían con los amigos antes de la cena, que para ellos era la comida principal del día (fig. 1).
Algunos de los ambientes de las termas se calentaban mediante un sistema de aislamiento: las paredes internas de los ambientes estaban rodeadas por otras paredes con un espacio abierto por donde pasaba el aire caliente proveniente de los hornos y corría por debajo del suelo sostenido por pilares pequeños (suspensurae, figs. 2-3).
En este cuarto también estaban las bañeras y las palanganas con agua para refrescarse (fig. 4). En los ambientes que no se calentaban, había bañeras de inmersión con agua fría.
Bibliografia
- J. P. ADAM, L’arte di costruire presso i Romani, Milano 1988.
- D. MACAULAY, La città romana, Roma 1978.
- M. PASQUINUCCI (ed.), Terme romane e vita quotidiana, Modena 1993.
- C. PAVOLINI, Ostia, Roma-Bari 1983.