En las capas acumuladas por un posible abandono de algunas zonas del barrio de Santa Eulalia durante el siglo VI, se ha hallado un gran número de restos de animales de pasto.

Los estudios realizados sobre los fragmentos óseos han confirmado la presencia y el consumo de animales de ganadería, como ovejas y cabras (las que más se han hallado - fig. 2), bóvidos (fig. 1), equinos, cerdos y gallinas (fig. 3). Además, también se han hallado, aunque en una cantidad inferior, los restos de carne de caza y moluscos.

En este último grupo, cabe añadir la abundante presencia de las conchas de ostrea edulis, la ostra (fig. 4), que representan la gran relación que tenían con el mar.

Fig. 1 - Mandíbulas y fragmentos óseos del maxilar de bovinos adultos (de Zedda 2002, pág. 71, fig. 38).

Fig. 2 - Vértebras de ovejas y cabras (de Zedda 2002, pág. 71, fig. 39).

Fig. 3 - Hueso tibiotarsiano de gallina (de Zedda 2002, pág. 75, fig. 43).

Fig. 4 - Conchas de ostras (de Zedda 2002, pág. 75, fig. 42).

Los análisis realizados han determinado la especie, edad y alimentación de los animales y, además, intuir la relación que hubo entre el hombre y los animales en la época de la antigüedad tardía.

El estudio de las superficies óseas ha permitido enmarcar los restos en dos grandes grupos: restos de matanzas y fragmentos con fines artesanales. Se ha identificado que los huesos de animales hallados en Santa Eulalia también se usaban como material para crear objetos de uso común, como agujas de pelo y piezas de juegos.