La piedra y la arquitectura: esquisto, granito y caliza
La técnica de construcción que usaban, sólidamente documentada en la época nurágica en la aldea-santuario de S’Arcu’e Is Forros, ubicada en un área centrooriental de Cerdeña, y fuertemente caracterizada por relieves de caliza, fue la de usar las piedras más próximas al lugar de construcción y que estaban inmediatamente disponibles.
Uno de los aspectos más importantes es la compacidad de los materiales, que ha permitido que las estructuras se conservaran en buenas condiciones.
El material lapídeo, de tamaños y formas diferentes, ha permitido crear un área arquitectónica de tipo mixto.
Por ejemplo, en el área sagrada usaron el granito, como en la mayoría de los nuragas de la zona, para crear muros compuestos por hileras irregulares de diferentes tamaños (fig. 1).
En cambio, usaron esquisto, roca suave y que se puede labrar con facilidad, en la parte alta, es decir, para cubrir toda las estructura de los templos. Quizás eligieron este tipo de piedra por su calidad de refracción de la luz solar (fig. 2).
La notable maestría que tenían en la elaboración de la piedra caliza se puede observan en los elementos accesorios directamente vinculados con el lugar de culto: por ejemplo, se han hallado bloques con orificios donde colocaban las figuras votivas de bronce (fig. 3).
Bibliografia
- FADDA M.A., Il villaggio santuario di S'Arcu 'e Is Forros, Sardegna archeologica. Guide e itinerari, 48, Sassari 2012.