Complejo nurágico de S'Arcu 'e Is Forros
- Era Nurágica, Siglos XV-VI a.C.
El santuario nurágico de S'Arcu 'e Is Forros se encuentra a un nivel elevado en la frontera entre Barbagia y Ogliastra, en el territorio de Villagrande Strisaili, en el valle del Riu Pira 'e Onni, al sur del puerto de montaña Correboi, conocido con el topónimo sardo Interrabbas, con una fuerte referencia del pasado. Esta área estaba naturalmente delimitada por dos corrientes de agua del río Flumendosa, punto de encuentro de la trashumancia, que desde la costa se dirigía hacia las zonas montañosas del interior. Este yacimiento incluye, bajo un contexto arqueológico (siglo XV-VI a.C.), una aldea-santuario con edificios de culto de tipo megaron, construido sobre un asentamiento nurágico anterior (fig. 1).
En las inmediaciones se encuentra el nuraga Arcu ’e Sforru y el nuraga Lotzoracesus, además de la homónima tumba de los gigantes (fig. 2).
Durante algún tiempo, el lugar sufrió numerosas destrucciones debido a excavadores clandestinos. Como consecuencia, incluso con el fin de detener el saqueo de esta amplia área arqueológica, a partir de la década de 1980, la Superintendencia arqueológica de Cerdeña, bajo la Dirección científica de Maria Ausilia Fadda, realizó unas excavaciones gracias a cuyos descubrimientos hemos identificado el lugar y hemos hallado restos de un gran valor científico, que detallan algunos aspectos de la vida cotidiana, de las actividades de producción y de la religiosidad de la comunidad nurágica de la zona.
Los monumentos que se pueden visitar están construidos por grandes bloques de granito local. Eligieron las piedras más cercanas al lugar de construcción y, naturalmente, las que estaban inmediatamente disponibles. Uno de los aspectos más importantes es la compacidad de los materiales, que ha permitido que las estructuras se conservaran en buenas condiciones. Con el material lapídeo, de tamaños y formas diferentes, se ha podido crear un área arquitectónica de tipo mixto.
Por ejemplo, en el área sagrada usaron el granito, como en la mayoría de los nuragas de la zona, para realizar los muros compuestos por bloques irregulares de distintos tamaños. En cambio, usaron esquisto, roca suave y que se puede labrar con facilidad, en la parte alta, es decir, para cubrir toda las estructura de los templos. Quizás eligieron este tipo de piedra por su calidad de refracción de la luz solar. Se puede observar la notable maestría con la que labraron la piedra caliza en los elementos accesorios directamente vinculados con el lugar de culto: por ejemplo, se han hallado unas bases con orificios donde se encontraban los objetos votivos de bronce.
Los edificios religiosos fueron construidos entre los siglos XII y IV a.C. encima de una antigua localidad de cabañas de la Edad del Bronce Media (siglo XV a.C.), ubicado en la parte más alta de la colina. Durante las primeras excavaciones que se realizaron en el lugar se encontró el templo de megaron 1, realizado con bloques de granito y esquisto de varios tamaños. Está caracterizado por una planta irregular de forma ligeramente subrectangular, que dispone con cuatro ambientes. Cuenta con una longitud de 17 metros y una anchura de entre 5,5 y 6,5 metros (fig. 3).
El templo estuvo sujeto a dos fases de construcción. Debido a un incendio (siglo XII-XI a.C.), tuvieron que volver a organizar el espacio en su interior y renovar la fachada y la parte posterior de un edificio in antis, que en este caso contaba en su parte delantera y trasera con una estructura arquitectónica vertical con un pilar saliente en los extremos de las paredes del edificio (fig. 4).
Los muros perimetrales del interior, que estaban enlucidos, muestran una marcada inclinación y se han enderezado mediante un zócalo piedra saliente que también se usa como banca y/o base de apoyo. Se ha hipotetizado que, en un principio, el edificio estuvo cubierto por un techo a dos aguas sujetado por vigas de madera con losas de esquisto en su mayoría. El agua que usaban para los rituales que realizaban en el templo pasaba al exterior a través de una abertura rectangular del lado derecho del segundo ambiente, y confluía dentro de una canaleta.
El templo se encuentra dentro del gran temenos, un recinto externo de planta subelíptica, con una banca en la parte inferior del muro perimetral, donde se sentaban los feligreses (fig. 5).
En este espacio abierto se han hallado los muros de forma circular de una antigua cabaña que forman parte de la fase de construcción más antigua del lugar. En el lado oeste del temenos se abre la entrada hacia otro edificio circular con un acceso trapezoidal, que se ha interpretado como una estructura polivalente de apoyo al templo.
Cerca del templo de megaron 1 todavía se conservan los restos de una cabaña circular y de dos hornos redondos y cercanos, que usaron para fundir minerales como cobre, plomo e hierro (fig. 6).
En los años 2007-2011 se realizaron más campañas de excavación gracias a las cuales se descubrieron otros dos edificios templarios. Uno de ellos fue el templo de megaron 2, construido en granito y esquisto locales, cuenta con una planta rectangular y semicircular con 14,5 de longitud, y está dividido en 3 ambientes, que en un origen estuvieron cubiertos por un techo a dos aguas formado por tablas de madera y follaje (fig. 7).
En el interior del ambiente semicircular del lado posterior, se ha descubierto un altar votivo construido con un fondo de piedras de río superpuestas por cinco hileras de bloques escuadrados, que se alternaron con hileras de un color diferente de rocas volcánicas que no eran del lugar, como el basalto y la vulcanita. La parte central está finamente adornada por dos prótomos de dos arietes esculpidos en relieve en el basalto. Encima del mismo, en la zona del centro del altar, había un fogón para los rituales formado por varios bloques cuneiformes de basalto, unidos mediante piezas de plomo, que imitaban las ménsulas que completan la parte superior de una torre nurágica (fig. 8).
Este templo también se encuentra dentro de un gran temenos de forma irregular y con una banca, a la que se asoman otros dos ambientes rectangulares: en este espacio probablemente ¬realizaban los rituales del culto, como indican los numerosos restos que demuestran una frecuentación entre la Edad del Bronce final y la Primera Edad del Hierro.
Las excavaciones que se han realizado en el edificio han identificado 3 fases de construcción distintas. A principios de la Edad del Bronce reciente, construyeron un templo rectangular con la parte delantera in antis y el muro del fondo con forma semicircular.
Durante la Edad del Bronce final, mejoraron la primitiva entrada in antis y añadieron el temenos, cuya entrada, hacia el sur, era lineal con las entradas de los ambientes con arquitrabe del templo. En el pequeño espacio del ambiente absidal crearon otro altar-fogón. Durante la Edad del Hierro, en la tercera fase de construcción, añadieron otros espacios de planta rectangular, a los que se podía acceder mediante una entrada abierta en el lado derecho del temenos.
Durante la campaña de excavación de 2010, identificaron un tercer edificio rectangular, una especie de templo de megaron abandonado (el tercero), que todavía conservaba un horno de chimenea para trabajar el metal.
El santuario se encontraba en una localidad caracterizada por una notable actividad artesanal de la metalurgia que tenía la capacidad de producir todos los objetos donados como ofrendas o que usaban en las actividades litúrgicas que llevaban a cabo en los lugares de culto.
Había un área residencial, una insula, cerca del megaron 3, en un terreno bastante escarpado. Estaba rodeada por un muro externo y contaba con 12 espacios con entradas en un origen abiertas hacia un patio central circular cubierto por una masa de arcilla.
Mientras usaron esta área, estuvo sujeta a continuas adaptaciones y modificaciones que incluso hoy en día se pueden observar en la construcción residual de los ambientes (fig. 9).
La insula 2, un segundo grupo de cabañas, ubicada en una zona con una fuerte inclinación entre el templo de megaron 1 y el 3, solamente se ha estudiado parcialmente desde el punto de vista arqueológico. En su interior se han identificado 10 ambientes colocados alrededor de un recinto subelíptico, el temenos. Lamentablemente, debido a su derrumbe, no se ha podido realizar una mejor lectura del lugar que, probablemente, perteneció a una fase de construcción más antigua (fig. 10).
Entre el material hallado en los ambientes se han encontrado numerosos objetos de bronce e hierro, además de recipientes de cerámica, entre los cuales, uno de los que más ha llamado la atención, ha sido una ánfora con asa de tipo cananeo, con una inscripción grabada en la parte superior con caracteres fenicio-filisteos, que se puede datar entre los siglos IX y VIII a.C.
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