Tortolì-Arbatax

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  • Edad Media (476 d.C. - 1492) - Era Moderna (siglos XVI-XIX)

Puerto y torres costeras de Arbatax

La moderna localidad de Arbatax se encuentra en el centro de la costa oriental de Cerdeña, en un punto donde el litoral está repleto de promontorios y ensenadas, cerca de Capo Bellavista y en las inmediaciones de la laguna Tortolì, en una zona que hace algún tiempo representó el lugar adecuado para asentamientos humanos (fig. 1).

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Fig. 1 - (de Sardegnageoportale; reelaborado por M.G. Arru).

Las fases culturales más antiguas datan del Neolítico y están demostradas por la presencia en el territorio de numerosas tumbas hipogéicas, como las domus de janas y los menhires del complejo arqueológico de San Salvatore-S'Ortali 'e su Monte (figs. 2 y 3).

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Fig. 2 - La domus de janas excavada bajo la colina de S’Ortali ’e su Monte (foto de C. Nieddu).
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Fig. 3 - Los menhires delante de la tumba de los gigantes de S’Ortali ‘e su Monte (foto de Unicity S.p.A.).

La era nurágica está demostrada por los numerosos nuragas existentes, tanto simples como polilobulados, y también por algunas sepulturas como las de S'Ortali è su Monte (figs. 4 y 5).

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Fig. 4 - El nuraga de S’Ortali ’e su Monte (foto de Unicity S.p.A.).
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Fig. 5 - La tumba de los gigantes de S’Ortali ’e su Monte (foto de Unicity S.p.A.).

La presencia de los fenicio-púnicos en el territorio de Tortolì está demostrada por el hallazgo de ciertos objetos, por algunas fuentes literarias antiguas de la época sucesiva, que describen la presencia de una escala portuaria en la parte central de la costa oriental sarda. Este puerto, que según los expertos estaba en la actual laguna costera de Tortolì, representó una etapa importante para las rutas comerciales de la época fenicio-púnica y romana, que llevaban hacia las costa centro-oriental de Italia y hacia el norte de África (fig. 6).

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Fig. 6 - Las vías romana de Cerdeña. En rojo se indica el yacimiento de Sulcis. (de MASTINO 2005, pág. 340, fig. 37).

Durante la era romana, la región de Ogliastra, atravesada por la vía que conectaba Carales y Olbia, tuvo una fuerte connotación militar, como se ha demostrado por el hallazgo de diplomas y decoraciones militares, que indican la presencia de los veteranos romanos. La información sobre la naturaleza de los asentamientos, que probablemente fueron rurales, es escasa, aunque en algunas áreas, como en la llanura costera de la laguna de Tortolì, se concentra la mayoría de las muestras de la cultura del material datadas de la era romana. La presencia de una arribada segura en Arbatax para las embarcaciones romanas que navegaban el Mediterráneo también está confirmada por los numerosos hallazgos subacuáticos en las aguas costeras.

Gracias a dicha forma costera, repleta de promontorios y ensenadas, en las épocas sucesivas el lugar se usó por la seguridad de su arribada y también como punto de avistaje para identificar los posibles peligros procedentes del mar.

De hecho, desde los primeros años del siglo VIII d.C., comenzaron las incursiones de los árabes en las costas sardas y, por este motivo, vieron la necesidad de construir las primeras torres para defender su costa.

Del siglo IX al siglo XV, durante el período de los juzgados sardos, se edificaron numerosas fortificaciones que vigilaban las costas sardas. Durante el dominio español en la isla, en particular a principios y durante la primera mitad del siglo XVI, las incursiones aumentaron notablemente y, a partir del año 1570, crearon una red de fortalezas para la defensa de sus costas. En 1587, el Rey Felipe II de España constituyó la Administración Real de las Torres con el fin de construir más torres, gestionarlas, alistar soldados y proveerlas de armas. El fenómeno de la piratería concluyó a principios del siglo XIX y, como consecuencia, las torres costeras perdieron su función.

En general, las torres estaban ubicadas en puntos estratégicos desde los cuales se podían avistar grandes áreas de mar y también con el fin de poder comunicarse con las torres cercanas mediante señales luminosas.

Entre los siglos XVI y XVII, en Arbatax construyeron tres torres de avistaje y defensa para proteger el territorio de las incursiones de los piratas. Las torres de San Miguel y San Gemiliano todavía siguen en pie, mientras que la tercera, la llamada "di Largavista" fue demolida en la segunda mitad del siglo XIX para construir el faro de Bellavista.

La torre de San Miguel, en un origen llamada "Arba a Tasciar" en árabe, es decir, la "decimocuarta torre", probablemente le dio el nombre al burgo de Arbatax que, con el paso del tiempo, se desarrolló alrededor de la misma. La poderosa estructura, construida a mediados del siglo XVI con bloques de granito y pórfido, está caracterizada por una altura de 15 metros, tiene forma troncocónica y en su interior está dividida en dos niveles comunicados mediante una escalera interna de mampostería.

La torre, que actuaba como guardia del puerto, está dotada de cañones y de espingardas y, durante varios siglos, fue objeto de numerosos ataques e intentos de desembarco. En 1846 cesó su función de avistaje y defensa y se convirtió en el cuartel de la Guardia di Finanza.

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Fig. 7 - La torre de S. Miguel y, al fondo, el faro de Bellavista (foto de Unicity S.p.A.).
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Fig. 8 - La torre de S. Miguel (foto de Unicity S.p.A.).


La torre de San Gemiliano, construida en 1587, en un origen se llamaba "Taratasciar" en árabe, es decir, la "decimotercera torre". En el siglo XVII la llamaron torre de Zacurru y hasta el año 1767 no la denominaron con su nombre actual. Se encuentra a 43 metros sobre el nivel del mar, sobre un pequeño promontorio que vigila la bahía de Porto Frailis, aproximadamente a 4 km de Tortolì. Desde el edificio se pueden avistar más de 25 km.

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Fig. 9 - La torre de S. Gemiliano (foto de Unicity S.p.A.).

 

Realizada con bloques de granito local, tiene una forma troncocónica y una estructura esbelta con un diámetro de 7 metros y una altura residual de 12 metros. Para llegar a la entrada elevada, a una altura de 4 metros para garantizar la mejor defensa del edificio, había que subir por una escalera de cuerda o de madera. El ambiente donde solían estar los soldados de guardia era un pequeño espacio cubierto por una bóveda de alrededor de 13 m², con dos aspilleras para las bocas de fuego. Mediante una escalera de madera, a través de una trampilla, accedían a la terraza donde estaban los cañones y donde los soldados se protegían tras los muros, es decir, un parapeto de mampostería que estaba solamente en el lado de la torre que se asomaba a tierra. La torre contaba con un alcaide, que en aquella época era el capitán de la torre, dos soldados y un arsenal formado por seis fusiles, un cañón y dos espingardas. Cesó su función pocos años después de la eliminación de la Administración Real de las Torres en el año 1842.

La tercera torre, llamada "di Largavista", fue construida antes del año 1639 sobre la cima de un promontorio y la demolieron en 1866 para construir el faro de Bellavista. El nombre de la torre proviene de su posición desde la cual contaba con una amplia vista de más de 45 km desde la costa.

 

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Fig. 10 - El faro de Capo Bellavista (foto de Unicity S.p.A.).

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Créditos

Coordinación científica
dr. Maria Grazia Arru

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