Las armas de mano
La espada es, por excelencia, el símbolo del caballero medieval.
Técnicamente se puede definir como un arma blanca de lama larga y doble filo indicada para golpear con la punta y la lama. Durante la Edad Media, a medida que la armadura de los caballeros evolucionaba, se crearon otros tipos de espadas para que fueran más puntiagudas y con una mayor capacidad de traspasar las corazas (fig. 1).
En el siglo XIV, las armaduras se realizaban con robustas planchas de metal para hacer frente a los golpes violentos de los cortes de las espadas y la única forma de acabar con el adversario era golpearlo en las juntas de las láminas. Como consecuencia, la espada y las técnicas de combate evolucionaron. Además del estoque, una espada corta y muy puntiaguda, particularmente indicada para golpear con la punta en las zonas menos protegidas de las articulaciones, crearon también la espada de mano y media, con una longitud de alrededor de 120 cm, que se podía usar con una mano y, si hiciera falta, también con las dos para asestarle golpes más violentos al adversario y destruirle la coraza. Posteriormente, crearon una espada más evolucionada que esta, la espada larga o montante que se podía usar con dos manos por la empuñadura tan grande que tenía. Además, estaba caracterizada por una lama de un metro y medio de largo (fig. 2-3).
Por otro lado, los soldados de infantería y los guerreros sin caballos usaban armas como hachas, mazas o martillos (figs. 4-5).
Bibliografia
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- E.E. VIOLLET LE DUC, Encyclopédie Médiévale, Tome II, Tours 2002.
- A. MONTEVERDE, G. FOIS, Milites. Atti del Convegno, Saggi e Contributi (Cagliari, 20-21 dicembre 1996), Cagliari 1996.
- M. TROSO, Le armi in asta delle fanterie europee, 1000-1500: con uno studio esemplificativo delle coeve tattiche di combattimento e tecniche di impiego e una trattazione dettagliata su roncole, ronche, ronconi, Novara 1988.