Los juzgados sardos (giudicati)
El castillo de Monreale fue una de las fortalezas principales del juzgado de Arborea.
Los cuatro juzgados sardos (fig. 1) de Cagliari, Arborea, Torres (O Logudoro) y Gallura eran reinos independientes que se formaron entre los siglos VIII y IX como consecuencia del aislamiento al que estuvo sometida la isla tras la expansión árabe en el Mediterráneo.
En el siglo VIII, Cerdeña todavía formaba parte del imperio bizantino, aunque ya a finales del siglo anterior, la organización imperial entró en crisis y, de mientras, comenzaron a manifestarse las primeras amenazas árabes contra las zonas costeras de las islas del Mediterráneo. No se conocen con exactitud los procesos que llevaron al progresivo aislamiento de Cerdeña, pero se ha podido confirmar que la crisis de la presencia bizantina en el Mediterráneo central determinó un vacío de poder y expuso a la isla al peligro de las incursiones sarracenas.
Durante la dominación bizantina, la isla estuvo administrada por un praeses que estaba a cargo de las cuestiones civiles y también del exercitus Sardiniae. En el siglo VIII, el cargo del praeses perdió gran parte de su autoridad y muchas de sus funciones las absorbió el dux hasta llegar a concentrarse en una única persona, en iudex Sardiniae.
Probablemente, en el siglo IX, el iudex Sardiniae adjudicó las cuatro circunscripciones territoriales (partes) más importantes de la isla a sus lugartenientes (lociservatores) para que lo ayudaran en la administración política y militar. Posteriormente, cada uno de ellos se autodenominó judex y el territorio sardo se dividió en unidades autonómas que perdieron la fisionomía de los cuatro reinos independientes.
Los juzgados evocan la historia conocida tras el año mil, que ya estaban organizados desde el punto de vista administrativo y social. A cada uno de ellos lo llamaban Logu en sardo, con un monarca a cargo llamado judike. Uno de los aspectos más importantes de la organización judicial son las curatorie (curadurías) llamadas partes: eran distritos administrativos formados por algunos pueblos o "aldeas" (biddas) que dependían de la capital de la curaduría. El curator lo nombraba el rey a tiempo determinado, que controlaba el uso de las tierras públicas y de las aldeas, y el servicio armado, y además presidía el tribunal. Cada curaduría era autosuficiente y funcional.
El juzgado de Cagliari (fig. 2) era el más grande (alrededor de 6000 km2) y también el más rico. Su capital era Santa Igia (fig. 4). Su historia concluyó en el año 1257. El juzgado de Arborea (fig. 2), contenía una superficie de 4500 km2. Su capital fue Tharros y, posteriormente, Oristano. Entre los juzgados, fue el que tuvo una historia más larga. Cayó en 1410. La capital del juzgado de Torres (o de Logudoro, fig. 3) fue Turris Libisonis y, posteriormente, Sassari. Su historia concluyó en el año 1259. La capital del juzgado de Gallura (fig. 3) fue Civita (Olbia), y cayó en el año 1298.
Bibliografia
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