La vida en el castillo
El castillo medieval no sólo era una construcción de defensa, sino también el lugar donde vivía el señor y su familia (fig. 1).
En muchos de los casos era un lugar poco cómodo, frío y bastante oscuro, con pequeñas aberturas cubiertas por un pergamino (comenzaron a usar el vidrio para las ventanas a finales del siglo XIII). Los muebles solían estar en la sala más importante y, generalmente, eran bancos, sillas y mesas. Mientras que las paredes solían estar cubiertas por tapices y pieles para protegerse del frío y de la humedad.
El ambiente más importante era la gran sala común, donde se reunían para comer y donde se desarrollaba la vida cotidiana. Generalmente, las mesas estaban colocadas en "U" a lo largo de las paredes del salón con el fin de dejar libre el espacio central donde malabaristas y trovadores entretenían a los huéspedes (fig. 3).
Además, también contaba con los cuartos privados del señor, la cocina, en algunos casos una capilla, los almacenes para las provisiones, la armería, el taller del herrador, los establos y los recintos para los animales domésticos, y las cisternas para recoger las aguas pluviales, o incluso pozos, que garantizaban el suministro de agua en el caso de un asedio (fig. 4).
Bibliografia
- C. GRAVETT, I castelli medievali, Novara 1999.
- P.F. SIMBULA, Il castello di Acquafredda: appunti sulla vita quotidiana in una fortezza sarda del Trecento, in Quaderni Bolotanesi, 18, 1992, pp. 265-298.