La necrópolis de los niños: el tofet
El tofet de Sulky es un área sagrada muy antigua, quizás la más antigua de Cerdeña, sobre la que alberga la leyenda del sacrificio de los niños.
El área sagrada está ubicada en un lugar rocoso, fortificado de forma independiente de la localidad alrededor de la primera mitad del siglo IV a.C. de Cartago que, en el año 375 a.C., decidió fortificar algunas ciudades de Cerdeña, entre las cuales se encontraba Sulky. El corazón del santuario se cerró por un imponente cuadrilátero fortificado hecho por grandes bloques de piedra cuyos restos se conservan hasta día de hoy (figs. 1-2).
A poca distancia de la fortificación, en el estrato rocoso, hay unas cavidades donde la leyenda cuenta que era el lugar del sacrificio (fig. 3). Se trata de un área que cuenta con restos de quemado pero de la cual, en realidad no se sabe mucho y, sobre todo, no es seguro que se usara en la edad fenicia y púnica. En cambio, se ha planteado la hipótesis de que el lugar donde surgió el tofet ya era un lugar sagrado con anterioridad para la población prenurágica y nurágica que ya ocupaban dichas tierras.
En el área del santuario se han hallado unas muestras de los inicios de la colonización fenicia. Entre estas se hallan unos recipientes de uso doméstico que usaban como urnas cinerarias: cazuelas de tradición nurágica y algunas lucernas con una sola asa que, estas últimas, probablemente provenían de la madre patria fenicia y que llevaron directamente los primeros colones que se establecieron en Sant'Antioco (fig. 4).
Las formas de la alfarería de tradición nurágica usadas dentro del tofet sugieren que allí vivió una población mixta, donde los fenicios se mezclaron con la gente local de forma pacífica.
Dentro de las urnas colocaban las cenizas de los niños que, según la tradición, los sacrificaban a un supuesto dios Moloch. En realidad, el término MLK, probablemente entendido de forma errónea en la Biblia, que indica que era el nombre de una divinidad, significa "don, ofrenda". Por lo tanto, el significado de MLK es un ritual vinculado con la muerte de los niños (fig. 5). Aunque a partir de la década de 1980 comenzó a surgir alguna duda cuando decidieron analizar los restos óseos del tofet de Cartago y de otros santuarios.
Los estudios han revelado que los huesos pertenecían a fetos o a recién nacidos, o incluso a niños que fallecieron antes de los dos primeros años de vida. Raramente se encontraron huesos de niños más grandes. Los restos de los niños estaban acompañados, en su mayoría, por los restos de pequeños animales, como pájaros y/o corderos.
De esta forma se demuestra que el tofet no era más que un cementerio-santuario. Habría sido absurda una eliminación sistemática de los niños debido a la alta mortalidad infantil en épocas tan antiguas.
Por otro lado, podría ser que tanto los fenicios como los cartagineses, al igual que otros pueblos antiguos, practicaran sacrificios humanos en casos de eventos particulares y de notable gravedad. Eran acontecimientos muy raros, no eran habituales, y en realidad no se sabe si se tratara del sacrificio de niños.
Al lado de las urnas colocaban las estelas, esculturas con las cuales los padres de un niños enterrada en un tofet daban gracias a los dioses por la alegría de un nuevo nacimiento.
Las estelas aparecen en Cartago a finales del siglo VII a.C. y presentan una amplia gama de estilos e iconografías. Las primeras muestras de este tipo de material son piedras simples sin labrar, quizás con una discreta forma. Dichos objetos también los empezaron a usar en otras localidades del Mediterráneo, en Cerdeña y en Sicilia, donde aparecieron a partir del siglo VI a.C. (figs. 6-7).
Entonces, ¿qué son los tofet? Según lo mencionado, los tofet no son lugares de sacrificio sangriento, sino necrópolis espaciales y, al mismo tiempo, santuarios a cielo abierto porque la presencia divina tenía que ser constante. Estaban dedicados a Baal Hammon y a Tanit y los conservaban de una forma muy distinta respecto a las auténticas necrópolis porque los niños tan pequeños, que en la mayoría de los casos ni siquiera habían nacido, tenían un status diferente respecto a los adultos. Dichos niños todavía no pertenecían a la comunidad porque habían fallecido antes de poder formar parte de la misma mediante un rito iniciático, como podría ser el bautismo para los cristianos o la circuncisión para los musulmanes y los hebreos.
Tras elegir el lugar donde construir el santuario, este ya no se movía, como pasaba con las necrópolis de adultos. En la edad romana, también respetaron y usaron los tofet, como en Cartago, con la superposición de Saturno al tradicional Baal Hammon, hecho que atrae una atención particular a dicho lugar.
Bibliografia
- P. BARTOLONI, Il museo archeologico comunale “F. Barreca” di Sant’Antioco, Sassari 2007.
- M. GRAS, P. ROUILLARD, J. TEIXIDOR, L’Universe phénicienne, Paris 1995.
- C. TRONCHETTI, S. Antioco, Sassari 1989.