Uno de los aspectos más interesantes de la necrópolis de Sant'Antioco es el hallazgo de dos muestras que representan un personaje egiptizante. El primero, hallado durante las excavaciones de 1968, estaba esculpido en el rellano y posteriormente lo llevaron a Cagliari donde los restauraron y lo expusieron en el Museo Arqueológico Nacional. Hoy en día ya no está expuesto y está guardado en el almacén del mismo museo. La segunda escultura, hallada en el 2002, sigue en el lugar de su hallazgo, sobre el pilar central de la tumba (fig. 2), justo en el centro de la cámara funeraria del sepulcro nº 7 (fig. 1).

Fig. 1 - Plano de la cámara funeraria de la tumba nº 7 (de BERNARDINI 2010, lám. I, 1).

Fig. 2 - El altorelieve egipcio de la tumba nº 7 (de BERNARDINI 2010, lám. I, 2).

La escultura, en posición frontal, representa a un personaje masculino de tamaño real. Cuenta con barba, su brazo izquierdo está en el pecho y el derecho extendido en el lado derecho de la cadera. Lleva un nemes, es decir, un pañuelo típico de los faraones que se ponían en la cabeza, y una falda. Es una imagen de aspecto egipcio que se imitaba y que era bastante común en el mundo púnico.
Esta estatua se distingue por la extraordinaria conservación de sus colores y por una elaboración detallada. Los colores predominantes en la figura son el rojo y el negro. El color negro se ha usado en el nemes (fig. 3) y también para la barba y los extremos rizados del bigote. Bajo su mano izquierda se encuentra un jarrón que también se pintó de negro y que pudo haber sido un balsamario. El pelo, las orejas, los labios y los pezones del personaje se pintaron de rojo, además de las líneas de la parte superior de los brazos y las muñecas, que muy probablemente están representadas con pulseras, la falda corta y un rollo en la mano derecha.

Fig. 3 - Máscara funeraria de Tutankamón: resalta la el típico peinado de los faraones con el nemes (de http://www.lasalle.es/santanderapuntes/arte/egipto/escultura/klaft.htm).

En esta figura, que cuenta con una base rectangular e irregular, se podría reconocer al dios fenicio Baal Addir (o Baal Hammon), el señor del más allá y de la fertilidad. Aunque no podría excluirse que se trate de una imagen simbólica del mismo difunto, como si fuera un retrato. El rollo que tiene el personaje y el taburete donde se apoya podrían hacer referencia a la particular autoridad y riqueza del difunto, distinguible también por la riqueza de su tumba. En el altorelieve hallado en 1968 (fig. 4), algunos expertos creyeron reconocer la imagen de un genio o de un demonio enterrado encargado de proteger a los difuntos durante su viaje hacia el más allá.

Fig. 4 - El altorelieve restaurado que se halló en 1968 en Sant’Antioco (de TRONCHETTI 1989, pág. 10, fig. 3).