El testimonio más importante y significativo de la ciudad púnica de Tharros, tal como la conocemos, es sin duda el llamado templo de las semicolumnas (figs. 1-3).

Fig. 1 - Ubicación del templo de las semicolumnas (imagen de Google Earth; reelaboración de C. Tronchetti)

Fig. 2 - El templo de las semicolumnas encuadrado en la manzana (foto de Unicity S.p.A.)

Fig. 3 - El templo de las semicolumnas: a la izquierda, restos de una estructura romana; arriba a la derecha, la gran cisterna (foto de Unicity S.p.A.)

Situado en el área pública central de la ciudad, el templo fue realizado en la roca viva mediante extracción de esta, tallando para ello la piedra hasta formar un cimiento rectangular y escalonado, cuyos lados largos y el corto posterior fueron decorados con semicolumnas esculpidas con la misma técnica (figs. 4-7).

Fig. 4 - El templo de las semicolumnas (foto de Unicity S.p.A.)

Fig. 5 - El templo de las semicolumnas: detalle de las columnas esculpidas en relieve (foto de Unicity S.p.A.)

Fig. 6 - IEl templo de las semicolumnas: detalle de las columnas esculpidas en relieve (foto de Unicity S.p.A.)

Fig. 7 - Alzado del lado septentrional del templo de las semicolumnas (a partir de ACQUARO 1991, p. 541)

A partir de comparaciones con estructuras similares en otras partes del Mediterráneo, el templo ha sido datado entre el s. IV y el s. III a. C., un período en el cual Tharros se encontraba en su punto álgido.

En época romana, durante el s. I a. C., la parte alta del monumento fue demolida y recubierta con un pavimento de cal, práctico para erigir un pequeño sacellum.

Esto ha comportado la pérdida de todos los datos de la parte que estaba por encima del cimiento esculpido en la roca, y la hipótesis de reconstrucción más fiable lo interpreta como una base para construir un altar a cielo abierto, una clase de edificios sagrados difundida en el mundo semítico (fig. 8).

Fig. 8 - Axonometría reconstructiva del templo de las semicolumnas (a partir de PERRA 1998, p. 214)

En cambio, sabemos con seguridad que la fachada del templo estaba decorada en las esquinas con dos estatuas de leones en arenisca, conservadas solo parcialmente (fig. 9).

Fig. 9 - Estatua de un león de arenisca del templo de las semicolumnas (foto de Unicity S.p.A.)