El centro urbano de Tharros nace en el Sinis, un territorio favorable al asentamiento humano, a lo cual contribuye un fácil atraco en el golfo de Oristán, la abundancia de pesca de las aguas, la caza, la fertilidad del suelo y la abundancia de metales en el Montiferru, unos pocos kilómetros más al norte (fig. 1).

Fig. 1 - El territorio del Sinis y del Montiferru en relación con Tharros (imagen de Google Earth; reelaboración de C. Tronchetti)

A partir de finales del s. VI a. C. asistimos al fenómeno de la difusión del asentamiento humano púnico en el territorio de manera creciente, que llega a su apogeo en los ss. IV y III a. C. (fig. 2).

Fig. 2 - Asentamientos púnicos en el Sinis (a partir de DEL VAIS 2015)

Esta fuerte expansión territorial es un claro indicio de que Tharros, aun siendo sobre todo una ciudad con vocación comercial marina, también explotaba los recursos del territorio.

Los asentamientos se realizaban preferentemente en zonas llanas o de baja colina, mientras que en la cima de las colinas solo hay indicios de la reutilización de estructuras nurágicas más antiguas. Este último fenómeno también se percibe en otras situaciones, y un claro ejemplo de ello es el acondicionamiento de un pequeño lugar de culto delante del templo de pozo nurágico de Cuccuru S’Arriu (figs. 3-4).

Fig. 3 - El lugar de culto púnico delante del templo de pozo nurágico de Cuccuru S’Arriu (foto de DEL VAIS 2015)

Fig. 4 - Parte del depósito votivo del sacellum púnico de Cuccuru S’Arriu (foto de DEL VAIS 2015)

En este sacellum, así como en otros descubiertos en la campiña, se rendía culto a una divinidad femenina protectora de los campos y de las cosechas, que tiene muchos puntos de contacto con la diosa griega Deméter.

Los poblados púnicos son a veces bastantes extensos, pero la mayor parte tiene dimensiones reducidas. Se puede identificar una organización territorial jerárquica, en la cual algunos asentamientos grandes actuaban como centros coordinadores y recolectores de los recursos agropecuarios del territorio, que después se enviaban a Tharros, mientras que de esta provenían materiales de producción urbana y cerámicas importadas.

La organización territorial púnica para la explotación del territorio era óptima, y se mantuvo vigente durante todo el período romano republicano, hasta que en Época Imperial la ordenación rural se transformó radicalmente.