Hay una fase muy antigua de Monte Sirai que data de la segunda mitad del siglo VIII a.C.

Lo indican restos no vinculados, por ahora, con las estructuras de construcción ni con las sepulturas pero cuya demostración aumenta con la cerámica presente en las áreas cercanas, que se distribuyó entre los años 740 y 650 a.C. (figs. 1 y 2).

Figs. 1-2 - Formas de la segunda mitad del siglo VIII y mediados del siglo VII a.C. de Monte Sirai (GUIRGUIS, PLA ORQUIN 2011, figs. 5-6) y de Sirimagus (FINOCCHI 2005, fig. 19).

Se trata de objetos con una cronología similar a otros, bien conocidos, procedentes del templo de Astarté, como las figuras nurágicas de bronce, además de fenicias y quizás también la estatua de Astarté. Quizás tuvieron relación no con el templo sino con un nuraga cercano, lugar de reunión y expresión de una nueva realidad de asentamientos creada por el encuentro entre los fenicios de Sant'Antioco y los indígenas de la cultura nurágica (fig. 3). Las formas de las figuras de cerámica de las tumbas fenicias son de una fase posterior, del siglo VII-VI a.C. (fig. 4).

Figs. 3-4 - Materiales del templo de Astarté (GUIRGUIS 2013, figs. 5-6); objetos de cerámica fenicia de finales del siglo VII-finales del siglo VI a.C. de las tumbas arcaicas de Monte Sirai (GUIRGUIS, POMPIANU, UNALI 2012 lám. 17)

En general, la cerámica fenicia, típica de estos tiempos antiguos, son oinochoe, o jarrones, con un borde de seta y también con un pico lobulado de varias formas, a menudo con la característica red slip, o pintura en rojo brillante, además de platos con decoración pintada, trípodes, copas y lucernas.