En las áreas del cementerio de Columbaris (figs. 1-2) se encuentran varios tipos de tumbas, algunas de las cuales han tenido continuidad desde el siglo IV al siglo VII d.C, es decir, durante el período de uso del cementerio. De las 157 tumbas analizadas, se han hallado 9 sepulturas de cappuccina que se utilizaron durante todo el período de uso del área.

Fig. 1 - Reconstrucción del área funeraria (de Cornus I.1, pág. 203, lám. IV).

Fig. 2 - Planimetría del complejo de Columbaris-Cornus con la indicación de las fases y de los sectores (elaboración gráfica de L. SALADINO, M. C. SOMMA, de Cornus I.1, pág. 200, lám. II)

Las tumbas de cappuccina (fig. 3) se colocaban dentro de la fosa excavada en el estrato de roca, cuya cobertura estaba formada por tejas que componían los laterales largos y los cortos. Colocaban al difunto directamente sobre la tierra, con un sencillo cojín figulino bajo la cabeza, o sobre una superficie de material de terracota.

Fig. 3 - Reproducción gráfica de dos tumbas de cappuccina (de Cornus I., pág. 215, fig. 84).

En la fase inicial de la necrópolis cristiana de Columbaris, a parte de las sepulturas de cappuccina, también hay tumbas de fosa excavadas directamente en la roca, enchytrismos, que, en algunos casos están cubiertas por túmulos de mampostería junto con pequeñas mesas para realizar el refrigerium. En el período de máxima expansión de la zona, también comenzaron a usar sarcófagos. Entre finales del siglo VI y el siglo VII d.C., en particular en el sector IV, 2, hubo sepulturas con un ataúd figulino o realizado con fragmentos líticos, algunas con forma trapezoidal, es decir, antropomorfas.