Necrópolis de Sant'Andrea Priu
- Era Prenurágica - Antigüedad Tardía-Edad Media Alta, Milenio IV-III a.C. - Siglos IV-X d.C.
El territorio de Bonorva en el que se encuentra, ubicado en la región histórico-geográfica de Meilogu, en el noroeste de Cerdeña, ha estado poblado desde el Neolítico reciente, como lo demuestra la presencia de varias necrópolis con domus de janas (casas de las hadas).
El grupo de sepulturas más importante es el de Sant’Andrea Priu, ubicado en las inmediaciones de los manantiales de Santa Lucia, aproximadamente a 10 km de la localidad de Bonorva, a los pies de la ladera que delimita la llanura de Campeda, la colina de Mariani, que se abre hacia Goceano, y la llanura de Santa Lucia (fig. 1).
Son sepulturas hipogéicas características de la Cerdeña prenurágica, que datan de mediados del milenio IV a.C. y que formaron parte del período de la Cultura de Ozieri (Neolítico reciente 3200-2850 a.C.).
Las cuevas artificiales de carácter funerario colectivo, sencillas o complejas, están excavadas en la pared vertical de una roca de traquita roja con una altura aprox. De 10 metros y con orientación sur (figs. 2 y 3).
La necrópolis está compuesta tanto por tumbas con una sola cámara como por ambientes mayores unidos a cámaras secundarias.
La ideología religiosa de las poblaciones prenurágicas la expresaban a través de una serie de detalles arquitectónicos y decorativos, además de mediante elementos simbólicos esculpidos, grabados, pintados en las paredes y en los suelos de las domus de Sant’Andrea Priu (fig. 4). Dichos elementos, junto con el hipogeo, son de gran utilidad para reconstruir las viviendas prehistóricas, cuyos restos hallados son insuficientes para reconstruir completamente las estructuras civiles prenurágicas.
A la tumba V, también conocida como «Tumba de cabaña circular» o «Tumba de domus», no se puede acceder por el desprendimiento de rocas donde se encontraban las escaleras de acceso (fig. 5). A la cámara mayor se accede a través de un pequeño cuarto rectangular. Esta está caracterizada por un techo cónico decorado con motivos radiales grabados en la roca, como si imitara el techo de madera de las cabañas prehistóricas. En el suelo se pueden observar numerosas hendiduras (pequeñas fosas) circulares y una fosa rectangular realizada en la era Bizantina. En los lados se encuentran dos ambientes de planta irregular, que quizás construyeron en un momento posterior.
La tumba VII, o «Tumba de cámara», en su origen contaba con un ingreso imponente con unas escaleras, que hoy en día se ha derrumbado. A través de una entrada rectangular se accede al espacio mayor, también rectangular, con un techo a dos aguas sostenido por vigas en la roca. La particularidad de esta sepultura radica en los adornos grabados en el techo, que reproducen una cobertura de madera a dos aguas de una cabaña prenurágica, con una viga central y vigas más pequeñas en los laterales (fig. 6). En el lado largo de la entrada, y a lo largo del lateral izquierdo más corto, hay cinco cuartos secundarios. En el suelo se han hallado numerosas fosas pequeñas para recolectar las ofrendas en honor de los difuntos y una tumba de fosa de una era más tardía.
La necrópolis no solo fue reutilizada en la Era nurágica, sino también en las fases sucesivas relativas al período romano y a la antigüedad tardía, cuando la tumba VI, conocida como la «Tumba del Jefe» (fig. 7), una domus compuesta por 18 ambientes, la prepararon para usarla como aula de culto cristiana y la siguieron utilizando como iglesia rupestre hasta la Edad Media Alta.
Esta sepultura formada por numerosos espacios es de particular interés por su compleja planimetría y la riqueza de los detalles arquitectónicos. A través de una pequeña entrada rectangular se llega a una antecámara semicircular con un techo ligeramente cóncavo decorado con franjas radiales en relieve, como si imitaran el techo de las cabañas de la Era Prenurágica (fig. 8).
En la pared del fondo se abre la puerta (fig. 9) que permite acceder a los otros dos ambientes mayores (fig. 10), de planta rectangular y techo plano sujetado por columnas en la roca, cuyas paredes cuentan con aberturas de entrada hacia las numerosas celdas secundarias, caracterizadas por la presencia de nichos y bancos.
En el techo del último espacio mayor se abre un pozo de luz que llega hasta el piso superior.
Durante las últimas fases de uso de la necrópolis, la tumba la transformaron en un lugar de culto y ha llegado hasta hoy en día como la iglesia dedicada a Sant'Andrea.
La pared del fondo de la cámara central conserva partes de los frescos cristianos, que datan de entre el siglo IV y el siglo VI d.C. (figs. 11, 12).
En una fase posterior realizaron otras representaciones, presentes en los ambientes principales de la tumba, probablemente durante la segunda mitad del siglo VIII d.C. (figs. 13, 14).
Las dos sepulturas excavadas en el suelo de la primera celda (fig. 15) son de la Era Bizantina.
En la actualidad, debido a un hundimiento parcial del frente de la roca donde se han excavado, algunas de las tumbas colocadas a media ladera son de difícil acceso y el mismo derrumbe podría, probablemente, haber ocultado otras sepulturas abiertas en la superficie rocosa (fig. 16).
En la cima de la llanura todavía se observan algunas domus de janas más sencillas (figs. 17 y 18), además de la roca conocida como el «Toro» o el «Campanario» (fig. 19), que se presenta como una tabla horizontal sujetado por cuatro pilares. Probablemente, en un origen fue una tumba con un solo espacio excavada en el interior de un gran macizo saliente de la superficie rocosa, cuyas paredes fueron destruidas posteriormente.
Durante años, la zona, muy rica en restos arqueológicas, ha sido el objetivo de expertos, ladrones de sepulturas y pastores que han usado las tumbas hipogéicas, que habían sido saqueadas desde hacía mucho tiempo, y las han transformado en cuevas para acoger al ganado o guardar el heno.
La necrópolis ha sido estudiada en varias campañas de excavación durante los años 1916 y 1918 y a través de intervenciones de restauración realizadas a finales de la década de 1990.
Bibliografia
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