A poca distancia del anfiteatro, en la zona sur del poblado, se encuentra una necrópolis que se ha usado durante siglos: desde el siglo II d.C. hasta la Edad Media.

El foco de interés se debe a la presencia del culto del mártir San Lussorio (fig. 1), que sabemos que fue venerado en Cerdeña en el siglo VI d.C.

Fig. 1 - Fachada del lado sur de la iglesia de San Lussorio, construida en el siglo XII y reconstruida el siglo sucesivo debido a un derrumbe (foto P. Dessì, Archivo R.A.S.).

La inscripción (fig. 2), que ahora se encuentra en los muros de la iglesia, en un principio se encontraba sobre la tumba del mártir y contenía una dedicatoria en memoria del martirio del obispo Elia.

Fig. 2 - Inscripción que data del siglo VI que recuerda el martirio de Luxurius (foto P. Dessì, Archivo R.A.S.).

Encima de un levantamiento, durante la época pagana, se construyó un pequeño espacio subterráneo con ábside que se utilizó para la colocación del mártir en la era diocleciana (finales del siglo III, inicios del siglo IV d.C.). A partir de ese momento, aumentaron las sepulturas en el hipogeo, donde colocaban a los difuntos en las inmediaciones del cuerpo santo. Dichas tumbas también contaban con inscripciones, como la datada del siglo VI d.C., de Miccina (fig. 3), cuyo nombre nos ha llevado hasta el substrato lingüístico púnico de la isla. 

Fig. 3 - Inscripción funeraria de Miccina, datada del siglo V, y hallada en la cripta de San Lussorio (Foto N. Monari, Archivo R.A.S.).

En las primeras décadas del siglo IV se añadió pavimento al espacio el cual, a su vez, fue revestido por otro suelo de mosaicos realizado en la era vandálica, entre los siglos V y VI d.C., (fig. 4) cuando se realizaron actividades de restructuración y la construcción de un pequeño edificio adyacente, que también se adornó con un mosaico. 

Fig. 4 - Suelo de mosaicos en la cripta de San Lussorio (de Zucca, 1986).

Durante el siglo VII, los edificios se degradaron y se sustituyeron por una pequeña iglesia, que al final también acabó destruida.

Los monjes benedictinos de San Víctor de Marsella construyeron la iglesia durante las primeras décadas del siglo XII, que fue restructurada el siglo sucesivo a causa de un derrumbe.