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El mausoleo del foso

El foso de las fortificaciones septentrionales de la colina de Su Muru Mannu fue parcialmente rellenado, una vez perdida su función defensiva hacia el 50 a. C. o poco después. Luego, del s. I d. C. en adelante, se usó para establecer una modesta necrópolis (fig. 1).

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Fig. 1 - Ubicación de la necrópolis en el foso de Su Muru Mannu (imagen de Google Earth; reelaboración de C. Tronchetti)
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Fig. 2 - El foso y la necrópolis romana (foto de Unicity S.p.A.)

Entre las sepulturas, destaca sin lugar a dudas un pequeño mausoleo funerario, erigido exactamente delante de la poterna de la muralla (fig. 3).

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Fig. 3 - El mausoleo construido delante de la poterna (foto de C. Tronchetti)

Se trata de una escultura bastante modesta, formada por un recinto a base de bloques, probablemente a cielo abierto, al cual se accedía por dos escalones y estaba pavimentado con piedras irregulares.

En su interior, hacia un lado, se halla la tumba propiamente dicha, ya saqueada y violada en la antigüedad. De todos modos, es posible identificarla como una tumba de tipo cupa, formada por un paralelepípedo cuya parte superior es semicilíndrica, de modo que queda abovedada (fig. 4).

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Fig. 4 - El mausoleo construido delante de la poterna (foto de C. Tronchetti)

Esta humilde estructura tenía un basamento de bloques escuadrados, en uno de los cuales se esculpió un relieve con la figura de un hacha (fig. 5).

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Fig. 5 - Basamento del mausoleo con el símbolo del hacha (foto de C. Tronchetti)

La figura del hacha está muy difundida en todo el mundo romano occidental, y se halla en sepulturas de Época Imperial. Su interpretación no está clara y hay división de opiniones entre los expertos. La hipótesis más aceptada es que se trata de un signo destinado a alejar el mal y, por tanto, a proteger la tumba; otra hipótesis, en cambio, sostiene que la representación del instrumento indica el tipo de sepultura, de inhumación por contraposición a incineración; finalmente, también se plantea que el hacha sea un símbolo místico.

Bajo el pavimento, a una profundidad de 60 cm, había un sarcófago de piedra, compuesto de forma basta por dos partes de materiales diferentes unidos para alcanzar la longitud necesaria. En su interior se conservaban los restos del difunto y unos pocos fragmentos de vidrio, restos del ajuar original (fig. 6).

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Fig. 6 - El sarcófago con los restos del difunto (foto: C. Tronchetti)

La datación de este pequeño monumento la proporciona una moneda de bronce del emperador Domiciano, fechable entre el 88 y el 89 d. C., hallada en los cimientos.

 

Bibliografia

  • M. G. ARRIGONI BERTINI, Il simbolo dell’ascia nella Cisalpina romana, Faenza 2006.
  • MARCELLA BONELLO LAI, Il simbolo dell’ascia nelle iscrizioni funerarie latine della Sardegna, in Nuovo Bollettino Archeologico Sardo, 1, 1984, pp. 201-227.
  • C. TRONCHETTI, Tharros – Lo scavo della postierla e dell’edificio funerario nel fossato – Anno 1981, in Tharros XXIV – Rivista di Studi Fenici XXV (supplemento), 1997, pp. 39-42.

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