El tofet es un tipo específico de necrópolis, destinada a la sepultura de los restos incinerados de niños nacidos muertos o fallecidos poco después del nacimiento. Las cenizas se conservaban en urnas, y a menudo también se encuentran vasos que contienen las cenizas de pequeños animales sacrificados.

El tofet es típico de las ciudades fenicias y púnicas de occidente, y se ha interpretado como un signo del estatus de ciudad del centro al cual pertenece.

Aparece en Época Fenicia, con las urnas que se depositan en la tierra desnuda, a veces colocadas dentro de pequeños recintos de losas o piedras, pero nunca con estructuras elevadas. Solo en el período púnico, a partir de finales del s. VI a. C., comienzan a depositarse estelas de piedra, esculpidas con símbolos o imágenes de divinidades.

El tofet de Tharros se sitúa en la cima de la colina de Su Muru Mannu, aprovechando los restos de las cabañas de un poblado nurágico precedente (figs. 1-3).

Fig. 1 - El área del poblado nurágico sobre el cual se ubica el tofet (foto de Unicity S.p.A.)

Fig. 2 - El tofet durante las excavaciones (foto de ACQUARO, FINZI 1986)

Fig. 3 - El tofet durante las excavaciones (Archivo de la Dirección Arqueológica de Cagliari y Oristán)

El tofet fue estudiado por una misión arqueológica del Centro de Estudios para la Civilización Fenicia y Púnica del CNR de Roma, del 1974 al 1998, en la que se recuperaron centenares de urnas que nos muestran, por un lado, la importancia de la población del centro y, por el otro, la incidencia de la mortalidad infantil.

En Época Romana el tofet cayó en desuso, y muchas de las estelas se reutilizaron como material para la construcción; en un caso forman el cimiento sobre el que se erigió un edificio, seguramente de una cierta entidad (fig. 4).

Fig. 4 - El cimiento de un edificio romano que reutiliza estelas del tofet púnico (foto de Unicity S.p.A.)