Aldea nurágica de Su Nuraxi
- Era nurágica, Siglos XV-VI a.C.
En las inmediaciones de Barumini, a los pies del Parque de la Giara, se encuentra el yacimiento de Su Nuraxi, uno de los nuragas más importantes y majestuosos de la denominada Civilización nurágica.
Las fotografías más antiguas de Su Nuraxi datan de 1937 (fig. 1), en estado de derrumbamiento y con el aspecto de una pequeña colina.
La primera descripción del monumento data de 1938, redactada por el arqueólogo Giovanni Lilliu, que identificó el tipo y la planimetría del nuraga (fig. 2).
El área arqueológica incluye un nuraga complejo, formado por una torre central y cuatro torres perimetrales, una muralla y una localidad nurágica y púnico-romana. El nuraga, construido con bloques de basalto y marga, se erige majestuoso sobre una llanura desde la que se domina el paisaje circundante (fig. 3).
La excavación sistemática del lugar (fig. 4), llevada a cabo bajo la dirección del mismo Lilliu desde 1951 hasta 1956, permitió identificar las varias fases de vida que demuestran la ocupación del lugar desde mediados del milenio II a.C. (aprox. 1600 a.C.) hasta los tiempos de la frecuentación púnica y romana (siglo III d.C.).
Según la mayoría de los estudiosos, los nuragas eran edificios polivalentes construidos por una sociedad tribal y cuyo objetivo era el control del territorio y de sus recursos. Los nuragas simples estaban destinados a la vigilancia de las áreas fértiles, de las vías de comunicación, de las arribadas costeras y demás. Los nuragas complejos servían para el control de los distritos territoriales y, probablemente, también los usaban como centros de recolección y distribución de bienes. A menudo, estos monumentos eran auténticas fortalezas en las que podían conservar alimentos y recursos hídricos, e incluso usar como refugio para personas y animales (fig. 5).
Giovanni Lilliu, el ilustre estudioso que excavó y estudió el área de Su Nuraxi, describió el nacimiento y el desarrollo del complejo arqueológico en cinco fases: en la primera, alrededor del siglo XVI-XIV a.C., tuvo lugar la construcción del nuraga simple; en la segunda fase, entre finales del siglo XV y el siglo XIII a.C., transformaron la torre aislada en un nuraga complejo añadiendo un bastión con cuatro torres perimetrales y una muralla; en esta última fase nació el primer núcleo residencial del que han sobrevivido pocos restos. A la tercera fase, entre el siglo XII y el siglo X a.C., pertenecen la reestructuración del bastión, el cierre del acceso al monumento a nivel de la campiña y la creación de un acceso a un nivel más elevado. En este período se desarrolló la aldea con las cabañas circulares. Durante la cuarta fase, entre el siglo IV y VI a.C., el monumento fue abandonado y nació una aldea con cabañas en sectores o con un patio central. La quinta fase, del siglo VI/V a.C. Al siglo III d.C., vivió el desarrollo de la localidad púnico-romana con la readaptación de las antiguas cabañas nurágicas y la creación de nuevas estructuras; en esta fase, el nuraga fue reutilizado con fines residenciales, funerarios y de culto.
En la actualidad, la torre central cuenta con una altura aproximada de 14 metros y dos ambientes superpuestos. En un origen, tenía una altura de 18 metros y tres ambientes. Desde el ambiente más alto se podía llegar a la terraza, con una barandilla sujetada por unas ménsulas grandes. Estos últimos, que en la actualidad están derrumbados, se encuentran expuestos en la zona cercada del área arqueológica (figs. 6 y 7).
El ambiente inferior presenta un diámetro interno de 5 metros y una altura de 8 metros; cuenta con dos amplios nichos, una especie de armarios y repisas en el muro y, a más de 4 metros del suelo, el espacio para la escalera que, en un principio, se podía usar una escalera portátil de madera o de cuerda, que permitía llegar a los ambientes superiores. Sobre la estructura más antigua del nuraga se apoya el bastión cuadrilobulado: cuatro torres unidas mediante un muro recto en los extremos de una figura cuadrangular. En un principio, las torres tenían una altura aproximada de 14 metros, contaban con dos ambientes superpuestos y un silo intermedio. Los ambientes inferiores tienen dos hileras de aspilleras: a las de la parte superior se podía acceder mediante una barandilla de madera. El bastión y las torres estaban coronados por ménsulas salientes, al igual que el torreón. En el interior del bastión se halla un patio semicircular en el que realizaron un pozo (fig. 8).
El nuraga lo protegieron adicionalmente con una muralla, un antemuro, con ocho torres, a la que se podía acceder a través de dos estrechas entradas. Había una tercera puerta en el alargamiento noreste de la muralla. Estos accesos estaban protegidos por las aspilleras de las torres y por la muralla.
La localidad de Su Nuraxi se desarrolló entre la Edad del Bronce reciente y la Era romana; han sobrevivido pocos restos de la Edad del Bronce reciente. A la Edad del Bronce final pertenece una amplia localidad formada por cabañas circulares realizadas con bloques de basalto, en un principio cubiertas por palos y follaje. Entre estas, destaca una amplia estructura circular con un banco a lo largo del perímetro interno, que se conoce como la «cabaña de las asambleas o curia» de Barumini (fig. 9).
El monumento y la localidad fueron abandonados durante la Edad del Hierro. Sobre las ruinas de la aldea desarrollaron una amplia y compleja localidad, construida según los nuevos criterios de organización y un proyecto racional: las estructuras residenciales de este período son de tipo sectores, o con un patio central, y en hilera con ambientes rectangulares, aunque también hay edificios aislados de planta circular. Algunas de las casas en sectores presentan también un pequeño ambiente circular con un banco y una palangana central, la denominada «rotonda», que quizás era un ambiente de uso de culto doméstico (fig. 10).
Durante el largo período púnico-romano, reutilizaron o modificaron numerosas estructuras, aunque también construyeron otras nuevas. El nuraga también lo reutilizaron para fines funerarios, residenciales y sagrados. Parece ser que el área de Su Nuraxi también fue frecuentada en el siglo VI y VII d.C., antes de su definitivo abandono. Tras el derrumbamiento de las partes superiores del patio y del exterior, la superposición de las frecuentaciones en varias épocas y la acumulación de los depósitos naturales, comenzaron a abandonar el monumento, oculto bajo una descuidada y aislada colina artificial. En 1997 la Unesco reconoció Su Nuraxi como Patrimonio de la Humanidad (fig. 11).
No es de extrañar que el «gigante derribado», como lo llamó Lilliu, haya recibido el prestigioso reconocimiento de la Unesco por ser un monumento único, obra del genio creativo humano y un extraordinario testigo de una civilización desaparecida. Incluso hoy en día, a pesar de que las excavaciones modernas hayan destacado otros imponentes nuragas, el de Barumini sigue siendo el «nuraga» por excelencia: símbolo arcaico y, al mismo tiempo, contemporáneo de Cerdeña.
Bibliografia
- ATZENI E., In ricordo di Giovanni Lilliu, in L'isola delle torri: Giovanni Lilliu e la Sardegna nuragica. Catalogo della mostra, pp. 31-34.
- LILLIU G., Il nuraghe di Barumini e la stratigrafia nuragica, in Studi Sardi, XII-XIII (1952-1954), Sassari 1955.
- LILLIU G., ZUCCA R., Su Nuraxi di Barumini, Sardegna archeologica, Guide e Itinerari, Sassari 1988.
- MURRU G., Su Nuraxi di Barumini 1950/2000. Le immagini del sito archeologico più famoso della Sardegna dai primi scavi al riconoscimento internazionale dell'UNESCO, Cagliari 2000.
- MURRU G., Barumini. Su Nuraxi e il villaggio nuragico, Fondazione Barumini Sistema Cultura, 2007.
- SANTONI V., Il nuraghe Su Nuraxi di Barumini, Guide e Studi, Quartu Sant’Elena 2001.