Botella de sigillata africana A
A partir de las décadas finales del s. I d. C., el África Proconsular, provincia romana que corresponde a grandes rasgos con el actual Túnez, inicia un período de gran desarrollo económico, por diversos motivos, el principal de los cuales es el fuerte impulso de la olivicultura. El aceite africano se comercializó en todo el Mediterráneo y en las regiones adyacentes desde finales del s. I hasta finales del s. VII d. C. (fig. 1).
Junto con las ánforas que contenían el aceite, las naves transportaban en sus bodegas una gran cantidad de vajillas cerámicas de mesa, fabricadas en talleres de la misma zona geográfica.
Esta cerámica, la sigillata africana, se distingue en diversas producciones a lo largo del tiempo.
La botella que estamos considerando pertenece a la primera fase, definida como sigillata africana A, que se caracteriza por un barniz rojo de buena calidad, que tiende al naranja; en este primer período productivo, junto a platos, copas y escudillas, se exportan también formas cerradas, aunque en cantidades modestas (figs. 2-4).
La botella, dotada de una asa, presenta un cuerpo con abultamiento doble y el cuello dividido en dos sectores: el inferior, cilíndrico; el superior, más estrecho y decorado con nervaduras horizontales en relieve; el brocal es abocinado.
El recipiente se puede asignar a la forma Hayes 160, y se encontró en contextos cuya datación es de la mitad del s. II d. C. a inicios del s. III d. C.
Bibliografia
- Atlante delle forme ceramiche, I. Ceramica fine romana nel bacino del Mediterraneo (medio e tardo impero), Roma 1981, pp. 46-47.
- J. W. HAYES, Late Roman Pottery, London 1972, pp. 189-190.
- C. TRONCHETTI, La ceramica della Sardegna romana, Milano 1996, pp. 71-73.