El sistema hídrico romano
El abastecimiento de agua de una ciudad romana se lograba de tres modos: recogida del agua pluvial en cisternas, pozos que alcanzaban la capa freática y agua transportada por acueductos. Aunque sabemos que los romanos tenían preferencia por el agua corriente, el uso del agua acumulada en cisternas era muy habitual, especialmente en zonas en las que el agua procedente de manantiales no era muy abundante.
Tharros se abastecía mediante el acueducto, que traía el agua al castellum aquae situado en la zona central de la ciudad y que alimentaba una fuente pública; parece verosímil que diversas derivaciones condujeran agua a los edificios termales situados más abajo y que necesitaban un aporte significativo de agua (figs. 1-2).
En Tharros son muy frecuentes las cisternas, pertenecientes al tipo denominado de tina (es decir, con sus lados cortos redondeados), característico del mundo púnico pero que se conserva en Cerdeña durante la época romana. Estas cisternas recogían el agua de lluvia y podían tener un uso doméstico, para las necesidades cotidianas (figs. 3-4) o estar asociadas a edificios públicos, como el templo de las semicolumnas (fig. 5).
En general, la cubierta de las cisternas ha desaparecido, pero la que se conserva permite reconstruirla a dos vertientes (fig. 5).
A veces las cisternas más grandes presentan un saliente lateral que se usaba como pozo para coger el agua (fig. 6).
El llenado de las cisternas se realizaba mediante tuberías de terracota, actualmente casi totalmente desaparecidas, que conducían el agua hasta el depósito. A menudo, de las cisternas salen canalizaciones excavadas en la roca, con pendiente hacia el exterior, cuya función era actuar de rebosadero para eliminar el exceso de agua.
Se han documentado dieciocho pozos (de los cuales diez ya no alcanzan la capa freática) que complementaban el agua distribuida por el acueducto y la conservada en las cisternas (fig. 7).
Además del sistema de aportación y distribución del agua en la ciudad, debemos considerar el de eliminación de aguas residuales. Bajo las calles principales, y también bajo las más pequeñas situadas en las laderas de la colina de San Giovanni, discurría un eficiente sistema de cloacas que desembocaba en el mar. Las cloacas suelen estar excavadas en la roca, complementadas con bloques en los casos en que son demasiado profundas (figs. 8-10).
Bibliografia
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